Nina Gualinga: "Pensé que nunca iba a poder irme"
- Rostros Ecuador
- 25 jun 2020
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El día de ayer, Nina Gualinga, una joven de origen kichwa en la Amazonía ecuatoriana, luego de dos años, resumidos en meses de golpes, maltrato psicológico y amenazas; decide irse de casa con su hijo y dejar a su expareja.

”No soy un hombre que golpea a mujeres, te pego porque eres una niña malcriada”, decía mientras me pegaba.
Gualinga es conocida por su lucha con el medioambiente, pero nada de su lucha personal. El día de ayer, a través de su red social Instagram decidio romper el silencio y contar su historia, la misma que finalizó con el hashtag “#ATodasNosPasa”.
Nina Gualinga:
Hace casi dos años, después de años de maltrato, de haber sido amenazada con una escopeta en la cabeza, de haber sufrido una fractura en la espalda por una patada, con las rodillas todavía sangrando, agarré a mi hijo y decidí irme. No podía más. No fueron los golpes ni las veces que daba mi cabeza contra el carro, lo que más dolía, sino las mentiras, la humillación, los celos, la manipulación constante. Tuve mucho miedo, pero dolió más ver en quien me había convertido. Reconocer lo que viví. Ver los amigos que había perdido. Llegué a dudar de mi verdad. Aún es difícil de creer, pero las cicatrices, los exámenes médicos, la denuncia del 2015, quienes intentaron ayudarme, están allí para recordarme que sí pasó. Preguntarán ¿cómo alguien como yo puede “permitir esto”? No tengo respuesta. Estoy sanando todavía. Lo que sé es que los monstruos no nacen, se hacen. Y si seguimos preguntado a las mujeres ¿por qué? en vez de cuestionar al que perpetúa violencia, seguiré siendo una cifra más.
Intenté dejar esto atrás, pero él aún quiere controlarme con acusaciones falsas, amenazas, demandas, y utiliza a nuestro hijo

y el sistema judicial para continuar su violencia y control sobre mí. Tengo boletas de auxilio y orden de alejamiento pero el sistema judicial Ecuatoriano no me ha dado garantías y me obliga a estar en contacto con él cada 2 semanas o cuando a él le da la gana. Esto ha empeorado durante la pandemia. Si antes el Estado no precautelo mi seguridad y vida, ahora me siento más expuesta. Tengo nuevas medidas de protección pero no se han hecho efectivas y a pesar de las insistencias no tengo respuestas; cuando las tengo, son revictimizantes. Hoy no puedo regresar a Ecuador a ver a mi familia, y me duele en el alma. Las mujeres tenemos derecho a una vida libre de violencia, sea que venga del Estado, los policías, la sociedad, parejas o ex-parejas. Ya aguanté suficiente. No puedo seguir luchando por la tierra sin luchar por mí. #ATodasNosPasa

(Actualización)
Un día después de contar su historia:
“Me siento fuerte y agradecida por toda la solidaridad que he recibido de ustedes. A la vez me da mucho coraje, ver tantas mujeres con historias parecidas a la mía”, expresó a través de Instagram Stories.

POR: RONALD HERRERA
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